Las diversas formas de la locura están presentes en la escuela y en la familia, se manifiestan de modos inesperados y demandan recursos nuevos. La necesidad de tener herramientas para saber cómo hacer con el fenómeno de la locura, que tiñe múltiples situaciones patológicas cotidianas, es de los padres tanto como de los docentes y de los profesionales, frente a la educación de los niños de hoy y al trato humano en general.
Saber acompañar es un arte, por eso las herramientas son los sentidos, por lo tanto, cuanta más textura alcance en su percepción de la realidad, más eficaz será su intervención.